Reclamada por el Hechicero como su futura compañera, Liana está prohibida. Ningún hombre puede tocarla. Pero desde el instante en que ve al oscuro extraño, Lianna no puede evitar fantasear con él. Como sería su contacto sobre la piel y como sería tenerle profundamente dentro de sí… Aric L`tiercel, Rey de los Nordain, ha jurado evitar la unión de Lianna con el Hechicero y que se cumpla la espantosa profecía.

Mientras se la lleva apartándola de las garras del Hechicero, solo puede pensar en hundirse dentro de ella, enterrándose en su acogedora calidez. Su deseo por ella trascienda toda razón, obligándole a escoger entre Lianna y su gente. ¿Podrán Liana y Aric encontrar la forma de estar juntos? ¿O su amor permanecerá… prohibido?

Jalen, un guerrero Elfo Seraphine, es asignado a la protección de Ranelle contra el Hechicero. Musculoso y ágil, Jalen se mueve con gracia masculina, mezclándose fácilmente con las sombras y la luz. Nunca dudó de sus decisiones o de sus habilidades.

Nunca sintió confusión o negación. Nunca ha fallado en ninguna misión. Nunca… hasta Ranelle. Recibir a Jalen en sus entrañas es más excitante de lo que Ranelle había imaginado, y nunca tiene suficiente de su protector. Pero cuando descubre que Jalen se ha casado con ella sin su permiso, se siente indignada. Antes de que él tuviese oportunidad de detenerla, Ranelle se adentra en el Bosque Salvaje… y desaparece en el erótico reino de las Hadas. Jalen va tras su compañera de corazón, decidido a convencerla de que están destinados a pertenecerse y que regrese con él a Seraphine… Siempre y cuando el Hechicero no la alcance antes.

Liberada de una vida de reclusión, Tierra saborea su libertad y se niega a ser atada a ningún hombre. No importa que nunca tenga suficiente del oscuro guerrero que desafía su mente, llena su alma de excitación y entrega a su cuerpo placeres tan intensos. Ella se niega a someterse a nadie, pero cuando se trata del sexo con Renn, hará cualquier cosa que él le ordener hacer.
Cualquier cosa… excepto entregarle su corazón. Renn siempre se burló ante la idea de estar con una sola mujer, negándose a yacer con cualquier muchacha más de un par de veces. Pero desde el instante en que puso sus manos sobre Tierra, ella fascinó su corazón con tanta seguridad como su magia fascinaba a cualquiera que se interpusiera en su camino. El deseo de Renn por la astuta doncella es insaciable y debe poseerla. Para siempre. Siempre y cuando, por supuesto, que pueda atraparla…